Una política de seguridad de tecnologías de la información debe fundamentarse en los objetivos empresariales, la política de seguridad de la información y la estrategia de gestión de riesgos de una entidad. Al establecer los controles de acceso y las pautas de uso aceptable, dicha política delimita la exposición al riesgo digital corporativo y el nivel de riesgo tolerable. Asimismo, establece los cimientos para la respuesta ante incidentes al definir los métodos de monitoreo de usuarios y las acciones a emprender en caso de violaciones de la política. Una vez comprendido esto, ¡aquí podrás adquirir las mejores prácticas para elaborar tu propia política!
Sé conciso y específico: Las políticas de seguridad informática deben abordar aspectos clave como el alcance, objetivos, responsabilidades, requisitos mínimos de configuración y medidas disciplinarias por incumplimiento. Es esencial delinear claramente estos elementos para garantizar una implementación efectiva y una gestión adecuada de la seguridad de la información en todos los niveles organizativos.
Incluye puntos clave: Independientemente de su estructura, todas las políticas de seguridad de TI corporativas deben contener elementos clave. Estos incluyen pautas sobre el uso aceptable de los sistemas de TI por parte de los usuarios finales, procesos para gestionar cambios en los activos de TI, directrices sobre la retención y eliminación adecuada de datos, procedimientos para responder a incidentes de seguridad, gestión de parches y actualizaciones, accesos y privilegios, políticas para asegurar la red corporativa, reglas para la gestión de contraseñas de usuario y programas de concientización sobre seguridad cibernética para el personal.
Además de estas políticas centrales, una política de seguridad de TI puede abordar necesidades específicas de la organización, como políticas para el uso de dispositivos personales en el trabajo (BYOD) o para el trabajo remoto.
Implementa controles adecuados: Este punto no se puede definir por uno solo, probablemente requieras de conocimiento especializado para definir las soluciones y recursos necesarios para hacer frente a las amenazas más actuales. Estos controles pueden incluir firewalls, sistemas de detección de intrusiones, software antivirus, control de acceso, gestión de parches y copias de seguridad. La selección dependerá de la evaluación de riesgos y en los objetivos de seguridad.
No dejes de lado las normativas estándares de la industria: Ya sea a nivel local o mundial, para realizar tu política es necesario conocer el panorama regulatorio. Normas como ISO/IEC 27001:2013, NIST Cybersecurity Framework (CSF) y PCI DSS establecen marcos de referencia para la gestión de riesgos, protección de datos y la respuesta a incidentes. Por su parte, HIPAA y GDPR se enfocan en la privacidad de datos en el ámbito médico y la Unión Europea, respectivamente.
SOC 2 e ISO/IEC 27017 proporcionan garantías a clientes sobre la seguridad de la información en organizaciones de servicios y entornos de nube, mientras que ITIL ofrece un marco para la gestión eficiente de la infraestructura de TI.
La selección de las normativas adecuadas dependerá de las necesidades específicas de cada organización, su industria y los datos que maneja. La implementación efectiva permitirá a las organizaciones fortalecer su postura de seguridad y proteger sus activos valiosos en un mundo cada vez más digitalizado.
Comunicar es crucial: Una política bien elaborada carece de utilidad si permanece desconocida para el personal. Recuerda, es importante utilizar un formato consistente y organizado para facilitar la lectura y comprensión. Además, es esencial que la pongas a disposición en un lugar de fácil acceso para todos, ya sea en una intranet, Wiki o carpeta de Dropbox, y que invites a su lectura a través de un correo electrónico dirigido a todos los empleados. En este sentido, puedes optar por realizar una breve evaluación de comprensión, con entre 5 y 7 preguntas, para confirmar que la política ha sido entendida y que todos están al tanto de sus disposiciones.
Además, en cada incorporación de nuevos empleados, es imprescindible asegurarse de enviarles la política o de incluirla en un documento de confidencialidad que establezca que "el empleado ha leído y comprendido las disposiciones de la política de seguridad de la información. Cualquier violación intencional de esta política será objeto de sanción o podría resultar en la terminación del contrato de trabajo.
En definitiva, la ciberseguridad no es solo un tema técnico, sino una responsabilidad estratégica que debe permear toda tu organización. Invertir en soluciones de seguridad robustas y adoptar las mejores prácticas en seguridad TI no es un gasto, sino una inversión en la resiliencia, la confianza y el futuro de la empresa.