Autor: Atzel Quiterio
El Marco de Ciberseguridad del NIST (National Institute of Standards and Technology) ha lanzado su versión 2.0, ofreciendo un conjunto actualizado de directrices y mejores prácticas para fortalecer la seguridad cibernética en organizaciones de todos los tamaños y sectores
El NIST CSF 2.0 sigue basándose en los principios fundamentales de identificar, proteger, detectar, responder y recuperarse de las amenazas cibernéticas. Sin embargo, esta nueva iteración incorpora importantes mejoras y refinamientos, adaptándose a las cambiantes amenazas y tecnologías en el panorama actual de la ciberseguridad.
Una de las principales mejoras en el NIST CSF 2.0 es su enfoque en la interoperabilidad y la adaptabilidad. Reconociendo la diversidad de las organizaciones y sus necesidades únicas de seguridad, el marco ofrece ahora una mayor flexibilidad para personalizar e implementar controles de seguridad específicos, permitiendo a las organizaciones adaptar el marco a sus propios contextos y riesgos.
Además, el NIST CSF 2.0 integra de manera más efectiva conceptos de gestión de riesgos, colaboración y comunicación. Se enfatiza la importancia de una cultura de ciberseguridad sólida dentro de las organizaciones, promoviendo la responsabilidad compartida y la colaboración entre los equipos de seguridad, TI y liderazgo empresarial.
Otro aspecto destacado del NIST CSF 2.0 es su énfasis en la evaluación continua y el aprendizaje. El marco alienta a las organizaciones a realizar evaluaciones periódicas de su postura de seguridad cibernética, identificando áreas de mejora y ajustando sus estrategias de seguridad en consecuencia. Además, se enfatiza la importancia de compartir conocimientos y experiencias con la comunidad de seguridad cibernética para promover un ecosistema más resiliente y colaborativo.
En resumen, el NIST CSF 2.0 representa un paso adelante significativo en la evolución de la seguridad cibernética, proporcionando a las organizaciones las herramientas y orientaciones necesarias para enfrentar los desafíos cada vez más complejos y sofisticados del ciberespacio. Con su enfoque en la interoperabilidad, adaptabilidad y aprendizaje continuo, el marco se posiciona como una herramienta invaluable para fortalecer la resiliencia cibernética y proteger los activos críticos de las organizaciones en un mundo digitalmente interconectado.