La ingeniería inversa consiste en un procedimiento donde se examina la estructura, los componentes y el funcionamiento de un sistema o dispositivo mecánico o incluso, computacional (software). Este proceso requiere examinar, desarmar y analizar los componentes de dicho sistema de modo que se pueda replicar o mejorar su funcionamiento.
Esta técnica se ha convertido en una de las más utilizadas en la seguridad informática, principalmente para analizar malwares desconocidos. De acuerdo con Campus Internacional de Ciberseguridad, el reversing de malware nace como respuesta para luchar contra las aplicaciones maliciosas cuando no hay código fuente, ya que analiza su comportamiento cuando se desconoce el origen. De hecho, es un área de ciberseguridad donde más se necesitan profesionales.
A través de su ejecución, es posible encontrar errores o vulnerabilidades en los sistemas, permite la integración de tecnologías y hasta analizar programas maliciosos. Estos métodos sirven y tienen el objetivo de resolver brechas de seguridad e implementar medidas de protección.
Realizar un proceso de ingeniería inversa a un programa malicioso es un proceso que consiste en la ejecución del programa dentro de un sistema de código que se ensambla para el mismo. En otras palabras, se le deja correr en un entorno controlado para así examinar paso a paso las funciones que posee mientras que al mismo tiempo se intenta de construir el código para ejecutarlas.
Cabe destacar que la ingeniería inversa de malware es un proceso bastante complejo y analizar todos los componentes de un software malicioso puede tomar varias semanas o hasta incluso meses.
Podemos decir que la ingeniería inversa es solamente la fase final del análisis de malware la cual requiere de dos procesos previos con los cuales se busca obtener precisión en el diagnóstico de funcionamiento del programa las otras dos fases de análisis son las siguientes:
Nos habla de un estudio del código fuente del malware que tiene el fin de arrojar luz sobre su funcionamiento e incluso anticiparse a este se considera la etapa inicial del análisis en el caso de que se cuente con el código fuente del malware. De este modo, un analista puede hacerse una idea de las tareas que ejecuta el malware en un sistema sin correr el riesgo de infectar el ordenador con este. Básicamente, es el análisis sin ejecución del malware.
Contrario al análisis estático, el análisis dinámico refiere a estudiar el programa por medio de su ejecución en un entorno virtual especialmente diseñado para ello y comprender su funcionamiento real. Con el análisis dinámico somos capaces de detallar las funciones del malware de manera metódica y paso a paso todo esto para finalmente descubrir cuál es el código responsable de su funcionamiento. Después de haber analizado el código, un investigador sabrá a qué funciones del virus prestarle atención y a cuáles no, ya que algunos malwares realizan todo tipo de tareas no maliciosas con el fin de pasar desapercibidos ante un análisis dinámico.
Algunos expertos suelen experimentar a posteriori como se comporta el malware en diversos escenarios modificando ciertos aspectos del software. Asimismo, se debe acompañar en los estadios finales de un histórico o documentación que permita enlistar todos los hallazgos, entender mediante diagramas de flujo y así, entregar un informe completo.
El proceso de ingeniería inversa resulta bastante útil y práctico sobre todo cuando hablamos del ámbito militar y empresarial los cuáles deben mantener estándares rigurosos de seguridad informática para así no ser vulnerables ante ataques de organizaciones criminales qué buscan vulnerar información con el fin de ofrecerle al mejor postor.
La ingeniería inversa se utiliza para detectar y analizar malware, lo que permite a los analistas de seguridad comprender cómo funciona y desarrollar soluciones para mitigar los riesgos. También nos ayudará en la previsión de efectos y de futuros escenarios al comprender sus mecanismos de acción que podrían replicarse en múltiples ocasiones por grupos criminales.