La inteligencia artificial ha transformado el mundo de los negocios, pero también ha potenciado una nueva ola de ciberamenazas. En 2025, no solo las empresas estarán usando IA para optimizar sus operaciones: los atacantes también la están utilizando para ser más rápidos, más precisos y más difíciles de detectar. Esta realidad redefine por completo el panorama de ciberseguridad.
En TBSEK, hemos comenzado a observar un cambio radical en la naturaleza de los ataques: correos de phishing generados por IA que imitan perfectamente el tono de un ejecutivo, malware que aprende de los patrones de comportamiento de los usuarios para evadir detección, bots que identifican vulnerabilidades en segundos y campañas de ingeniería social alimentadas por datos públicos y privados extraídos de múltiples fuentes.
Esto no es ciencia ficción, es el nuevo campo de batalla. Y las empresas que no adapten sus defensas a esta era automatizada quedarán en desventaja. Las herramientas tradicionales ya no son suficientes. Se necesita una estrategia que combine tecnología avanzada, inteligencia humana y una cultura de seguridad profundamente arraigada en la organización.
¿Cómo puede una empresa prepararse para los ataques potenciados por IA? El primer paso es entender que la IA no solo es una amenaza, también es una aliada. Las defensas también pueden usar IA para anticipar movimientos, detectar anomalías, automatizar respuestas y proteger de forma proactiva.
Desde TBSEK proponemos cinco acciones clave para enfrentar esta nueva realidad:
1. Implementar soluciones de detección basadas en comportamiento. Los antivirus tradicionales se quedan cortos. Hoy se necesitan herramientas que analicen el comportamiento de usuarios, dispositivos y aplicaciones para identificar patrones inusuales en tiempo real.
2. Utilizar inteligencia artificial para ciberdefensa. La misma tecnología que los atacantes están usando puede y debe utilizarse para defender. Sistemas de IA pueden reducir el ruido, priorizar alertas y responder automáticamente a ciertas amenazas.
3. Fortalecer la cultura organizacional. El eslabón humano sigue siendo el más débil. Los ataques impulsados por IA pueden parecer indistinguibles de una interacción real. Capacitar al personal constantemente se vuelve aún más crítico.
4. Actualizar los planes de respuesta a incidentes. Un ataque con IA puede escalar en segundos. Los planes de respuesta deben contemplar tiempos de reacción más cortos, procesos automatizados y escenarios más complejos.
5. Evaluar la exposición digital de la empresa y sus ejecutivos. Los atacantes usan IA para recolectar y correlacionar datos públicos. Limitar la huella digital reduce el insumo con el que alimentan sus modelos.
En TBSEK sabemos que muchas empresas en Latinoamérica están en distintas etapas de madurez digital. Por eso, nuestras estrategias se adaptan a cada contexto: desde organizaciones que están comenzando a digitalizarse, hasta aquellas que ya integran IA en sus operaciones. Lo importante es no quedarse inmóviles ante una amenaza que evoluciona a velocidad algorítmica.
2025 será un año en el que la inteligencia artificial jugará un papel en ambos lados de la ciberseguridad. Quienes comprendan esto y actúen con anticipación, estarán mejor posicionados para proteger sus activos, su reputación y su futuro.